'El racismo dominicano me preparó muy bien para enfrentar el norteamericano'
Al medio día había participado como invitado especial en un almuerzo en la Embajada de los Estados Unidos, en donde compartió con el embajador Robert Fanin y otros funcionarios del gobierno norteamericano en Santo Domingo.

DN/República Dominicana.- Quizás si la reciente fama del Premio Pulitzer hubiese acompañado al escritor dominicano Junot Díaz hace unos años atrás, no le hubieran impedido la entrada a una discoteca por el color de su piel. Pero para el recién galardonado novelista la experiencia forma parte de una lección.
"El racismo dominicano me preparó muy bien para enfrentar el
norteamericano", afirma al recordar el episodio. "Un grupo, de cómo cinco, tratamos de entrar a unos de esos clubes de papi y mami, y nos dijeron que no, aquí ustedes no entran son demasiado morenos", explica, con un dejo de ironía y buen humor.
A las referencias del incidente, desconocido para muchas de las personas que la noche de este jueves colmaron la sala de la Cinemateca Nacional para conocer al escritor dominicano residente en Estados Unidos, el público reaccionó con risas y aplausos.
Al medio día había participado como invitado especial en un
almuerzo en la Embajada de los Estados Unidos, en donde compartió con el embajador Robert Fanin y otros funcionarios del gobierno norteamericano en Santo Domingo.
Díaz, quien demuestra ser tan jovial como mordaz y directo en sus respuestas, explica que un año después en un encuentro casual le relató lo ocurrido al p
residente Leonel Fernández.
"Él me dijo: ¡No puede ser. En República Dominicana no hay racismo!".
Recuerda que en ese momento el único que
"quería pelear" con él fue el comediante Jochy Santos. "Ahora todo el mundo quiere celebrar conmigo". Nuevos aplausos y risas lo interrumpen.
Su franqueza se siente como agua helada para algunos de los presentes, pero parece sintonizar con el ánimo de la mayoría que asienta con gestos sus afirmaciones.
El tema, iniciado por la pregunta al respect
o hecha por el periodista Pablo Mckenny, uno de los anfitriones de la actividad, hizo recordar muchos episodios similares ocurridos a otros dominicanos y extranjeros, pero rápidamente se pas
a a otros temas, la gente tiene curiosidad por conocer a este dominicano que ha ganado el codiciado Premio Pullitzer de Literatura. El conversatorio apenas acaba de empezar.
La fama es una mierda…
Para Junot la recién fama, adquirida luego de obtener el importante galardón, es un bien transitorio y la califica de una manera bastante particular. "Es como una mierda", dice sonriendo
Considera que su Pullitzer, anunciado el pasado 7 de abril, es un reconocimiento a la comunidad dominicana de la diáspora. "Creo que con este premio al fin los gringos reconocieron el genio dominicano", afirma.
Sostiene que el "sueño americano" es único para cada inmigrante. Su vida y su obra han sido marcadas por su propia experiencia, la de un niño pobre del barrio capitaleño de Villa Juana que emigró con apenas 7 años junto a su familia a Nueva Jersey.
Entre las risas y el aplauso constante del público, además de las intermitentes interferencias de un micrófono que no funciona muy bien, Junot habla sobre su novela.
Un parto de 11 años
"The Brief Wondrous Life of Oscar Wao", un relato de ficción sobre un inmigrante dominicano "pariguayo", como el mismo lo define, fue un esfuerzo de 11 años, tiempo durante el cual su inspiración literaria tuvo sus altas y sus bajas.
Dice, en broma, que en un momento hasta su novia tuvo que intervenir, con amenazas de dejarlo si no terminaba la novela.
El proceso creativo para él es difícil, o mejor dicho, imposible de definir. Afirma que en su caso primó el esfuerzo y la dedicación, al igual que las inevitables ocurrencias que la vida siempre regala.
Narra que, por ejemplo, el término "cortina de plátano", utilizado en su novela para mostrar la situación de aislamiento en que vivía República Dominicana en la era de Trujillo, fue la frase que le vocifero un amigo borracho a quien no quería dejar entrar a su casa. "Me dijo que yo le tenía una cortina de plátano", talvez un símil en referencia a la llamada "cortina de hierro” que alegadamente aislaba a los países de la esfera socialista en tiempos de la Guerra Fría.
De pronto Freddy Ginebra aprovecha para dar una noticia: Miramax compró los derechos de la novela para hacer una película. Junot bromea. "Me imagino que no van a tener ningún papel para los dominicanos".
También hay otra novedad, esta trabajando en su próxima novela: Dark America. Un libro que representa para él una nueva aventura, pero no avanzó ningún detalle.
Escritor y rebelde con causa
Díaz carece de esa aura de intelectualidad y vanidad que acompaña a ciertos escritores. Sus expresiones son tan variopintas como las del mundo que alimenta sus cuentos y novelas. Y habla sin muchos rodeos sobre cada tema, con rebeldía auténtica y cierta elegante mordacidad.
"Bush es un súper animal", dice al responder una inquietud de Ginebra sobre su nueva novela Dark America.
Sus taladrantes palabras, siempre matizadas por su tono jocoso, también fueron dirigidas al ex presidente Joaquín Balaguer. "Cuando a mí me dicen que Balaguer fue el genio del pueblo, yo me muero de la risa"
Dice que si el ex presidente Balaguer es "el genio del pueblo" el escritor y catedrático Silvio Torres Saillant, a quien aseguró muestra todo lo que escribe, "es un Jesucristo".
Muchos ríen. Otros, los menos, tratan de mantener una expresión inmutable ante sus afirmaciones.
De preguntas y respuestas

Al responder las preguntas del público mantiene la misma actitud. No quiere hablar mucho sobre la labor comunitaria que realiza y evade los minis discursos que algunos de los participantes disfrazan de preguntas.
El momento se interrumpe con la llegada de su madre Virtudes a la sala. Junot se levanta y camina a su encuentro en un abrazo tierno. Su progenitora, al responder una pregunta del público cedida por su hijo, dice que no tomó a mal la vocación literaria de Junot. "Quería ser astronauta primero", asegura, y de nuevo el público ríe.
En otro aspecto propone que Haití sea escogido como país invitado para la próxima Feria Internacional de Libro. Una respuesta que provoca aplausos.
De pronto le pregunta una jovencita: ¿Habría sido distinta la vida del ahora famoso escritor de no haber inmigrado a Estados Unidos?
"Hay mucha gente que se mete en la política, que viene de raíces humildes y tienen casas enormes y están viviendo muy bien, mejor que yo. Creo que es posible aquí cosechar, parece que es posible. Sería posible que yo logrará lo mismo acá. Pero imagínate las cosas que tendría que hacer para lograrlo".
Prefiere, confiesa, ser lo que es y quiere seguir siendo. "Quiero escribir dos novelas más, y estaré conforme con eso".
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