La cita anual de las personalidades más ricas y poderosas del mundo en la estación de esquí de Davos en los Alpes suizos culminó ayer con sombríos pronósticos para este año, mientras la amenaza de una recesión se cierne sobre Estados Unidos.
El director general del FMI, Dominique Strauss Kahn, pidió a la primera economía mundial que adopte una "respuesta seria" para enfrentar la fuerte caída del crecimiento anticipada este año, sugiriendo que las medidas adoptadas hasta ahora por el gobierno de George W. Bush no son suficientes.
El pesimismo que reinó en los cinco días de reuniones en Davos contrastó con el clima de años anteriores, cuando el fuerte crecimiento, la baja inflación y las grandes ganancias de las empresas dominaban la escena. Pero esta vez, el temor a una recesión en EEUU que arrastraría consigo a la economía mundial, una enorme volatilidad en los mercados financieros y la contracción del crédito han hecho mella en la confianza de la élite económica y política mundial.
"Cualquiera sea la respuesta a una recesión, lo que está claro es que habrá una seria desaceleración (en Estados Unidos) que requiere una respuesta seria", dijo Strauss Kahn.
Bush hizo público un plan de reactivación de 145,000 millones de dólares y el martes la Reserva Federal anunció un recorte de 0,75% en tasas de interés.
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