miércoles, 18 de junio de 2008

CASI DOS AÑOS EN LA CARCEL POR ILEGAL.


Europa se dice civilizada, un continente de derechos humanos, de libertad y solidaridad. ¿Cómo, entonces, se justifica la nueva directiva de retorno de los inmigrantes sin papeles, aprobada por los ministros del Interior de la UE, que permite detener a los inmigrantes indocumentados hasta 18 meses? Un año y medio en, seamos honestos, ¡la cárcel! ¿Y por qué? Por atreverse a cruzar una frontera en busca de una vida mejor.

Eso no puede ser justo. Los inmigrantes indocumentados no son criminales ni un ejército invasor, son seres humanos menos afortunados que nosotros. Vienen a satisfacer la enorme demanda de mano de obra necesaria para hacer los trabajos que nosotros no queremos hacer; pero no les permitimos hacerlo de manera legal.

Esa directiva, y los controles más estrictos, no sólo son crueles y costosos, sino también inefectivos y contraproducentes. Los muros de Ceuta y Melilla no impiden pasar a la gente, como tampoco lo hizo el muro de Berlín. Cada año miles de personas mueren tratando de llegar hasta Europa, así que encerrar durante 18 meses a algunos de los que lo consiguen no va a impedir la inmigración ilegal. Ya hay millones de indocumentados en Europa, y detenerlos y expulsarlos es imposible. ¿No sería mejor que legalizásemos y regulásemos la inmigración?

El Parlamento Europeo debería rechazar hoy la directiva de retorno. El control cada vez más estricto de las fronteras crea más problemas de los que soluciona. En vez de proteger a la sociedad, multiplican los controles que fracturan y corroen el respeto por la ley y el orden. Si seguimos así, con el tiempo llegaremos a un Estado policiaco. ¿Es ésa la Europa del futuro que queremos?

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