martes, 17 de junio de 2008

Desde Rosario Argentina.

LA VISPERA DE LA CAIDA DE UN GOBIERNO.

Los argentinos protestan con cacerolazos contra la política agraria del Gobierno de este país. En esta ocasión, la manifestación se ha organizado por medio de mensajes de teléfono móvil y cadenas de correo electrónico. La cacerolada que aparece en el vídeo se vivió en la ciudad de Rosario, aunque hubo otras similares en la capital, Buenos Aires, así como en otras ciudades del país.

Miles de camioneros argentinos bloqueaban el sábado carreteras para exigir al Gobierno y al sector agropecuario que diriman un conflicto que los deja sin trabajo, mientras se espera una reacción de las autoridades frente a la amenaza de desabastecimiento.

El viernes por la noche, un sector de los transportistas acordó con las autoridades levantar la protesta, pero otras entidades no lo hicieron porque no ven una salida a la disputa de más de tres meses entre los productores y el Gobierno por una subida de impuestos a la exportación de granos.

El conflicto ya disparó tres huelgas comerciales de los productores, pero a pesar de que la última fue levantada una semana atrás, los granjeros siguen vendiendo el mínimo de mercadería indispensable para sobrevivir, lo que deja a los camioneros sin nada que cargar.

'No vemos otra solución, esto es desesperante', dijo a la televisión un transportista en la ruta 14 - llamada ruta del Mercosur, porque es usada para llevar mercadería desde Brasil hacia Chile y viceversa -, segundos después de volver a bloquear el paso junto a decenas de colegas.

El Gobierno advirtió el viernes de que actuará junto a la Justicia para desactivar los bloqueos. El sábado, la presencia de las fuerzas de seguridad en los caminos era importante, pero miraban pasivamente a los camioneros.

'El transportista (...) sabe del malestar que tiene el productor, que va a tratar de retener su capital, los granos. El productor se hace de unos pesos y va a poder aguantar hasta que la situación mejore', dijo a una radio Ricardo Buryaile, directivo de Confederaciones Rurales Argentinas.

EL NUDO DEL CONFLICTO

El nudo del conflicto es un esquema de impuestos móviles que aplicó en marzo la presidenta, Cristina Fernández, elevando la carga fiscal sobre la soja, el mayor cultivo del país y el más rentable ante los precios récord del grano.

Los productores se enfurecieron por la medida, especialmente porque fue aplicada en momentos en que terminaban de cosechar la oleaginosa, y lanzaron las medidas de fuerza que con el paso de los días se transformó en una crisis política.

El diálogo entre ambas partes está desactivado, y una de las cuatro entidades en conflicto, la Federación Agraria Argentina, ya advirtió que la semana próxima podría relanzar la protesta activa si no hay avances.

Mientras tanto, millones de argentinos son testigos de un conflicto que ya daña el abastecimiento de alimentos básicos en las grandes ciudades, combustibles y medicamentos.

Enrique Salvador, presidente de la federación que reúne a pequeños comercios de alimentos en Buenos Aires, dijo a medios locales que la falta de alimentos básicos, como arroz, lácteos y harinas, llega a un 35 por ciento.

Los cortes también redujeron las reservas turísticas en el interior del país -el lunes es un día no laborable en Argentina- y también se informaron problemas en la distribución de medicamentos.

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