martes, 22 de julio de 2008

EL QUE NADA TIENE NADA VALE.












Esa es una frase que me recuerda mucho a mi madre, quien me enseño sobre el modo en que vive la gente superficial, aqul publico de mentes vacias y consumidas por manipulaciones de comercio o sea lavado de cerebro a través de los medios de comunicación, convirtiendo a la sociedad en un objeto para consumo, votos y ya, con esta política claro esta se tienen menos enemigos, opositores y la verdad queda siempre escondida, tapada por tinieblas e intereses ajenos. les relato el caso de dos niñas gitanas que murieron en una playa de Napoles (Napoli) Italia, ahogadas, lo peor del caso es la indiferencia de los que estaban en la playa, disfrutando del sol y comiendo como si en vez de dos seres humanos, fuesen basura. Miren señores la indiferencia al dolor ajeno es un pecado en todas las religiones del mundo, el sentir el dolor ajeno es amar al projimo y aqui en Italia desde donde escribo esta acontenciendo de esta manera, el proximo reportaje ha sido traducido por quien escribe, para que vean el dolor reflejado de la abuela de estas niñas y la indiferencia racista que cada día crece más en un país en donde un ministro insulta el himno nacional, un personaje que fomenta el racismo y la xenofobia y queda sin castigo ademas de que ya ha sido condenado judicialmente en ocasiones anteriores, pero es la política Italiana a Dios que nos libre de todo mal. pero mi comentario va para sensibilizar a las almas humanas a despertar, pues este mundo de consumismo barato les esta consumiendo el uso de la logíca y la razón.

Unas fotos publicadas en la prensa italiana de dos chicas gitanas muertas en una playa de Nápoles y la visible indiferencia mostrada por los turistas ha conmovido al país transsalpino y ha provocado fuertes críticas de la opinión pública.

"No se puede seguir bañándose bajo el sol. La indiferencia que hemos visto es casi más grave que el suceso mismo. Más terrible que ver nuestra ciudad, Napoles, sumergida por los desechos", ha dicho el arzobispo de Nápoles, el cardenal Crescenzio Sepe, al diario La Repubblica.

Al parecer, las dos muchachas, de nombre Violeta y Cristina y con edades comprendidas entre los 11 y 15 años, decidieron bañarse después de haber pedido limosna durante la mañana del viernes. Una ola las arrastró mar adentro. Ninguna de ellas sabía nadar.

Unos bañistas intentaron salvarlas, pero no pudieron rescatarlas. Solo la intervención de los barcos de la Guardia Costera permitió recuperar los cuerpos ya sin vida de las dos chicas.

Los cadáveres de las dos jóvenes permanecieron en la playa durante horas ante la indiferencia de los turistas, que seguían bañándose, tomando el sol e incluso comiendo a pocos metros de los cuerpos.

La muerte de Violeta y Cristina sigue removiendo conciencias. Murieron en una playa de Nápoles mientras las personas que allí estaban seguían tomando el sol y comiendo. Tras el suceso, la abuela de las pequeñas ha mostrado su indignación a los periodistas por la indiferencia que rodeó la muerte de sus nietas. "Las podríais haber salvado pero no lo hicisteis, por eso os maldigo", dijo la mujer ante los periodistas que ayer martes visitaron el campamento de Secondigliano, donde vivían las niñas.

También ayer, y coincidiendo con el funeral por las dos niñas, el ministro del Interior italiano, Roberto Maroni, anunció que se concederá la nacionalidad italiana a los menores gitanos abandonados, con el fin de que no estén desprotegidos.

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